VICTOR FLEMING

Harvey. Interpretado por el maravilloso Spencer Tracy, Manuel es uno de los
personajes más inolvidables del cine. Imposible no quererlo. Este humilde
pescador atrapará su mejor pieza.
Barrymore, a Harvey, y allí el chico, además de al capitán, conocerá a toda la
tripulación, Dan (Mickey Rooney), Jack “El largo” (John Carradine)…
Harvey no tardará en mostrar su característica chulería y
prepotencia, sus aires de superioridad, pero tampoco tardará mucho en darse
cuenta de que allí, en el mar y entre marineros, todo eso no tiene ningún
recorrido. Harvey, acostumbrado a que se le trate de manera especial, a
sentirse superior por el prestigio de su padre, se ve convertido en uno más de
la tripulación, peor aún, en un aprendiz. La puesta en escena de Fleming es
sobresaliente y la naturalidad de las interpretaciones es espectacular, Lionel
Barrymore y el resto de la tripulación parece que han sido marineros toda su
vida. Todos actuarán con indiferencia ante la actitud reivindicativa de Harvey,
apartándolo con desinterés y sin hacerle apenas caso. El acto de concederle un
sueldo es definitivo, es simplemente uno más. El único rasgo de distinción que
tenía, ser pasajero, acaba eliminado al darle ese sueldo y pasar a ser miembro
de la tripulación como los demás.
Harvey se va dando cuenta de que no tiene medios para
hacerse notar una vez se le ha cortado la fuente de su padre. Su ansia por
figurar va más allá de la búsqueda de cariño, de un sentimiento de cierto
desarraigo, lo necesita para afirmarse a sí mismo. Harvey cree que es y se le
considera por lo que tiene, no por lo que es.

insolencia es la muestra física perfecta de lo que le está pasando. De su
existencia sin complicaciones, donde se divertía intentando someter a los demás y quedar por encima, a tener que asumir que es uno más en igualdad de
condiciones.
tenga un sueldo hay un salto de eje, que en el cine clásico siempre fue
considerado un error de dirección, algo que comparto aunque ahora los modernos
los usen como si no costase. Un vicio adquirido desde la Nouvelle Vague.

trabajo de los pescadores, ya sea pescando, cortando el pescado o cualquier
otra actividad relacionada con esto. Nos quedamos embobados y disfrutando de
ese mundo único del que nos acabamos enamorando, como le ocurre a Harvey. Por
eso funciona también la película, además de todo lo comentado, por la habilidad
de Fleming para seducirnos y contagiarnos esa pasión por el mar, por hacernos
ver a través de los ojos de un niño y sentir lo mismo que él siente en esa
tripulación y en ese trabajo que lo acogieron.

de cascarrabias por tener que ocuparse de esa labor, pero que en el fondo está
encantado. Manuel será el mentor, y otras muchas cosas, de Harvey.
asumiendo que se le acabó la tontería y su orgullo vaya desapareciendo, una
educación a la fuerza que lo cambiará por completo y lo hará verdaderamente
feliz. Tendrá magníficos maestros.

el pecho es la relación entre Harvey y Manuel, una relación que progresa con
total maestría de forma constante y perfecta. El muchacho pronto se irá
ablandando y calmando a la par que va forjando su sólida amistad con el pescador.
Una amistad que se convertirá en otra relación paterno-filial, en este caso
disfuncional, donde el chico se agarrará a Manuel como al padre que siempre
quiso y Manuel al chico como al hijo que nunca tuvo.
Victor Fleming mezcla con una maestría francamente
encomiable lo épico y lo intimista, grandes aventuras y momentos divertidos con
conversaciones trascedentes donde se ponen al desnudo los sentimientos y la
forma de ser de los personajes. Entre los muchos momentos íntimos a destacar
tenemos la conversación entre Harvey y Manuel acerca del sentimiento por la
música, la primera conversación cordial donde el chico se muestra más
predispuesto a interesarse por los demás. Tracy hablará sobre la improvisación,
sobre la música como un sentimiento que brota sin poder contenerlo, la base del
blues, del jazz… habla de la verdadera autenticidad y la contrapondrá a la mera
pose. Por supuesto también hablará de su padre, el que le enseñó melodías, el
que se lo enseñó todo… el valor del padre, el valor de un padre.

siempre en la película, es uno de los temas principales, como he mencionado.
Manuel tendrá especial participación en estas conversaciones y su figura se
erige como el ideal paterno, curiosamente sin serlo.
material.
épica, la competencia marinera con un rival pescador. Conversaciones marineras,
enfados fingidos, vaciles constantes… pero una camaradería y comprensión por el
resto de pescadores que lo riega todo.

recreación del mundo marino que hace Fleming, sobre el maravilloso texto de
Rudyard Kipling, es magistral. La jerga, el trabajo de pescador, el ambiente,
con esos planos de interior donde vemos el balanceo del barco, el sonido de las
cuerdas, el manejo de las velas, del timón… todo te sumerge en otro mundo que
resulta tremendamente sugestivo y atractivo.
de gestos de los principales componentes de la tripulación, Manuel en su
relación con Harvey; Jack “El largo” con su gesto final con nuestro protagonista,
regalándole la maquinilla que la ganó a Manuel en la apuesta; el capitán Disko
y sus bravuconadas con su rival pesquero que esconde una total camaradería…
Gestos sobrios y emotivos completamente varoniles.

figura paterna, intuye el afecto que el pescador le profesa aunque se lo
demuestre de manera tosca, ruda y disimulando ante sus compañeros al inicio de
su relación.
dejar el legado de su padre en alguien y ese chico le toca la fibra. Harvey irá
madurando e intentando ser mejor persona para lograr la aprobación de Manuel,
para complacerle. Manuel por su parte siempre estará vigilante y pendiente de
él, como vemos en la escena donde le aconseja escupir antes de tirar la basura
por la borda.
tendremos otra conversación entre nuestros dos protagonistas.
Ese ansia por acercarse a Manuel nos llevará a otra conversación
sobre padres, en este caso entre Harvey y Dan. Dan (Mickey Rooney), también
aprendió a pescar gracias a su padre. Un anhelo de Harvey. Los padres y su
verdadero legado.
mezcla decorados con imagen real y lo hace francamente bien.

especialmente el de los dos protagonistas, vertebrado en su relación. Veremos
cómo Harvey parece ir empapándose de todo al ver su dominio de la terminología
marina.
mar y el barco. El balanceo y los planos inclinados.
El aprendizaje continúa. Esta enseñanza nos dejará otro momento de intimidad
asombroso. Manuel se descubre como un romántico pescador filósofo, un magnético
y cautivador contador de historias, un hombre apasionado de la pesca, el mar y
Dios. Te quedas absorto, como Harvey, oyéndole contar cosas de su padre, de la
vida, de lo que sea… En esta conversación emocionará a todos contando la muerte
de su padre y sus referencias a Dios.

peces siempre pican y cuando se agotan los peces el señor hace más. Hace más
peces, hace más pan, hace más vino… Y luego hace la guardia por la noche”.
pescado.
Intrépidos” tendremos otra lección de honestidad cuando Manuel descubre la
maldad de Harvey para lograr que su amigo gane la apuesta. Harvey está en
proceso de madurez pero aún tiene mucho que aprender, no vale ganar de
cualquier forma, no vale ser un tramposo. La primera pesca de Harvey manchada,
así que el pez volverá al mar, es lo justo.

defensa de Manuel, que el astuto pescador provoca, y el reconocimiento de
Harvey de su deshonesto comportamiento reconcilian a nuestros amigos y muestran
tanto a Harvey como a nosotros enseñanzas vitales.
la cámara centrada en el camarote, donde vemos una mesa separada por una viga,
Harvey y Manuel se situarán en lados opuestos, cada uno a un lado. Es la
distancia que los separa. El pescador pasará al otro lado, al de Harvey, para
agarrarlo y hacer las paces. Se rompen las distancias.

hacer aquello que nos avergüenza, ¿no?”
su reconciliación (una melodía que le enseñó su padre, como no podía ser de
otra forma), es otro momento de una emotividad extraordinaria. Uno de esos
momentos de antología cinematográfica.
Uffff!!!! Cuánto por repasar en el fondo!!
Gracias Sambo!!
Mucha materia jajaja. Una joya.